El tercer viaje de
Cristóbal Colón, agosto 1498.
He aquí las fases, así como las fechas de la evolución efectuada
en la conciencia de Cristóbal Colón después del primer contacto con el
continente para llegar a comprender lo que efectivamente había descubierto.
Miércoles 1° de agosto de 1498; por primera vez los
marineros de las tres naves avistan una tierra del continente sudamericano. Nadie
imagina que sea tierra firme. Cristóbal Colón la bautiza con el nombre de Isla Santa.
Sábado 4 de agosto: las tres naves lanzan lanzan el ancla en
el extremo de la península de Paria, por lo tanto, en la costa del continente. Pero
nadie lo sabe. Todos consideran que la península es una isla. Y Colon la
bautiza con el nombre de isla de Gracia, en homenaje a la madre de monseñor
Geraldini, que lo había apoyado con entusiasmo en la corte de España.
Lunes 6 de agosto: ocurre en Guiria la toma de posesión. Por
lo demás, nadie piensa que se trate de tierra firme y mucho menos de un nuevo
continente. El Almirante ni siquiera deja la nave. El capitán Pedro de Terreros
se halla convencido de que toma posesión de una isla.
Miércoles 8 de agosto: las naves lanzan las anclas delante
de una gran aldea en las proximidades de Irapa. Numerosos encuentros de los
marineros y de Cristóbal Colón con los aborígenes.
Su cultura es de un nivel superior a la de los tainos de Haití, Cuba Y Jamaica,
pero el Almirante no parece percatarse. El agua es fangosa y salobre. Cristóbal
Colón continúa considerando que Paria es una isla.
Sábado 11 de agosto: una carabela enviada en avanzada
regresa. Los marineros están convencidos de que el agua dulce proviene de un
gran rio y por lo tanto aquellas tierras que parecían ser islas, eran todas un
mismo continente. El Almirante no lo puede creer porque nunca ha oído decir que
tan grande volumen de agua dulce sea llevado ni siquiera por los grandes ríos de
la tierra: Nilo, Éufrates, Ganges. De todas formas hacia delante no puede ir a
causa de los bajos fondos. Entonces decide volver atrás.
Domingo 12 de agosto: después de haber bojeado las riveras
meridionales de la península de Paria, que el persiste en considerar una isla,
el Almirante lanza un ancla en el extremo nororiental de Venezuela.
Lunes 13 de agosto: las naves comienzan a bojear de este a oeste las costas septentrionales de
Paria. Cristóbal Colón espera llegar al límite occidental de la tierra de Paria
que consideraba aun una isla. Comenta Las Casas:
“La razón que lo impulsaba era que no veía tierras
tan grandes de las cuales pudiesen proceder ríos tan grandes, a menos, dice el
Almirante, esta sea tierra firme”.
Por lo tanto el 13 de
agosto, la idea de que se trate de tierra firme comienza a abrirse paso en la
mente de Cristóbal Colón.
Martes 14 de agosto: dice Las Casas “el Almirante ha
comprobado que la costa sigue extendiéndose a poniente bastante más allá
respecto a la meridional. Por lo tanto el golfo al sur de Paria no tiene una salida al septentrión. Reconoció
entonces que una tierra tan grande no era una isla, sino tierra firme”
Finalmente la experiencia prevalece sobre la falsa ciencia. Errónea
es la teoría de los otros grandes ríos, que Cristóbal Colón no conoce y por ello ignora el enorme caudal que llevan
hacia la desembocadura.
El cálculo de Cristóbal Colón es exacto. El golfo penetra en
el interior, al sur de la península de Paria, más de 100 kilómetros. Cuando
decide abandonar el 15 de agosto la costa septentrional de Venezuela y poner
proa al norte ha dejado tras de sí doscientos kilómetros de costa venezolana y
no pudo ver otros cien al oeste. Ya no hay dudas, Paria es tierra firme.
¿Pero que gran rio asiático puede desembarcar en el mar, en
las cercanías del ecuador, procedente del sur? Ninguno. Entonces aquella tierra
no puede ser el Asia.
¿Es entonces un cuarto continente? Cristóbal Colón no osa
decirlo. No se atreve a ir en contra de la cosmografía medieval, enfrentar la
doctrina geográfica de su tiempo.
Entre la noche del 15 y la mañana del 15, en la cabina de la
nave que se desliza veloz sobre un mar
tranquilo, dicta la primera información acerca del gran descubrimiento:
“Yo creo que esta es
una enorme tierra firme de la cual hasta hoy no se sabía nada. La razón que me
induce más a creerlo es la existencia de
este rio tan grande y de este mar, que es de agua dulce.”
El 17 de agosto por la noche Cristóbal Colón, medita y su imaginación
le sugiere una hipótesis ¿no podría tratarse de una enorme tierra al sur del
ecuador? ¿no pudiera ser el Paraíso terrenal, que las doctrinas medievales ubican al este , en el hemisferio meridional?
Este es el texto de Las Casas
“Dice que aquella
tierra donde viene sea gran tierra firme, o adonde está el Paraíso terrenal,
porque todos dicen, dice el, que está en fin de Oriente y es este, dice él.”
La frase “dice el” repetida dos veces por de Las Casas, para dejar toda la responsabilidad de la hipótesis
a su autor, Cristóbal Colón
Cuando Cristóbal Colón repite este razonamiento en la citada carta de
1503 a los Reyes Católicos, Cristóbal Colón escribirá:
“Vuestras Altezas
tienen acá otro mundo”
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