La
identidad materia-espíritu: Baruch de Spinoza (1632-1677)
Se
ha visto el problema que planteaba Descartes con la radical separación entre
las res extensa y la res cogitans, por las dificultades de su comunicación, que
el filósofo francés solvento con la famosa glándula pineal. Spinoza afronto este problema,
resolviendo que Dios posee infinitos atributos y propiedades y que el hombre
solo conoce o posee dos de ellos: el pensamiento y la extensión. De este modo,
el filósofo judío supero la posibilidad de vinculación entre el orden psíquico-espiritual
y el orden físico-material, pues pensamiento y materia no son dos sustancias
opuestas entre sí, sino atributos de una misma sustancia divina.
Así,
justifico el paralelismo entre el orden mental y el físico y afirmo la identidad
de un solo orden. La sustancia-pensamiento y la sustancia-materia son una misma
cosa, pero pueden ser consideradas desde dos perspectivas distintas. Por
consiguiente: una cosa y la idea de esta misma cosa son lo mismo, solamente que
expresadas en lenguajes distintos. Aquí cobra relieve, pues la importancia del
lenguaje.
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