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jueves, 28 de agosto de 2014

La Misteriosa intuición de Cristóbal Colón




La Misteriosa intuición de Cristóbal Colón


La noche del 16 de agosto Cristóbal Colón navegaba desde la costa de Venezuela y con mas precisión desde la isla de Margarita, hacia La Española. Con el sexto sentido del mar que lo caracterizaba de forma tan prodigiosa, había adivinado, a pesar de encontrarse en una zona en absoluto nueva para él, la ruta exacta del nordeste.

Observando el comportamiento de los instrumentos y del cielo y las desviaciones de la Estrella Polar en diferentes latitudes, Cristóbal Colón plantea la hipótesis de que la Tierra no Tenia una forma perfectamente esférica.
Y escribe a los reyes:

“Yo he leído siempre que el mundo, tierra y agua, es de forma esférica; la autoridad y la experiencia de Ptolomeo y de todos los demás lo daban y demuestran como tal. Ahora por el contrario he comprobado una deformidad muy grande y he comprobado que el mismo no es de forma redonda, como se escribe, sino que tiene la forma de una pera muy redonda, salvo en el punto donde se encuentra el peciolo, que es más elevado; o como quien posee una pelota bien redonda, pero que en una parte de la misma fuese colocado allí un pecho de mujer. Tal parte del peciolo sería la más alta  y más cercana al cielo y ser encontraría, por debajo de la línea equinoccial, en este Mar Océano al límite del Oriente"

Parecen y durante mucho tiempo lucieron, ideas extrañas, fruto de una imaginación ingenua o de una pretenciosa anticipación de ciencia ficción. Por el contrario, la profundización de los estudios geodésicos hasta las últimas investigaciones, después de los descubrimientos de los satélites, dan extrañamente la razón a Cristóbal Colón.

El 29 de diciembre de 1958, J.A.O’Keefe y A. Eckels, astrónomos de Harvard College Observatory, comunicaron que a la luz de las investigaciones del satélite Vanguard, registradas en el Godar Space Center, la tradicional forma de la tierra resultaba diferente; tiene forma de pera con protuberancias en el ecuador(high points). La noticia fue confirmada en una comunicación más amplia, del 19 de junio de 1959, publicada por el Astrnomical Journal, número 7, de septiembre de 1959.

Que hizo Cristóbal Colón en 1498 para darse cuenta de esto? Constituye un alucinante misterio. En aquel tiempo aun eran muchos los que creían que la tierra era plana; mientras, todos los científicos y los estudiosos consideraban que era perfectamente esférica; ningún sabio, culto o inculto que fuese, ponía en dudad que era el sol el que giraba alrededor de la tierra y no al contrario.
¿Fue una intuición? ¿Fue un presentimiento? ¿Fue el fruto de una fantasía extraordinaria, por azar coincidente con una realidad que solo siglos después sería estudiada y conocida en términos científicos?





jueves, 21 de agosto de 2014

El tercer viaje de Cristóbal Colón, agosto 1498.Paso a paso.




El tercer viaje de Cristóbal Colón, agosto 1498.

He aquí las fases, así como las fechas de la evolución efectuada en la conciencia de Cristóbal Colón después del primer contacto con el continente para llegar a comprender lo que efectivamente había descubierto.
Miércoles 1° de agosto de 1498; por primera vez los marineros de las tres naves avistan una tierra del continente sudamericano. Nadie imagina que sea tierra firme. Cristóbal Colón la bautiza con el nombre de Isla Santa.
Sábado 4 de agosto: las tres naves lanzan lanzan el ancla en el extremo de la península de Paria, por lo tanto, en la costa del continente. Pero nadie lo sabe. Todos consideran que la península es una isla. Y Colon la bautiza con el nombre de isla de Gracia, en homenaje a la madre de monseñor Geraldini, que lo había apoyado con entusiasmo en la corte de España.
Lunes 6 de agosto: ocurre en Guiria la toma de posesión. Por lo demás, nadie piensa que se trate de tierra firme y mucho menos de un nuevo continente. El Almirante ni siquiera deja la nave. El capitán Pedro de Terreros se halla convencido de que toma posesión de una isla.
Miércoles 8 de agosto: las naves lanzan las anclas delante de una gran aldea en las proximidades de Irapa. Numerosos encuentros de los marineros y de Cristóbal Colón  con los aborígenes. Su cultura es de un nivel superior a la de los tainos de Haití, Cuba Y Jamaica, pero el Almirante no parece percatarse. El agua es fangosa y salobre. Cristóbal Colón continúa considerando que Paria es una isla.
Sábado 11 de agosto: una carabela enviada en avanzada regresa. Los marineros están convencidos de que el agua dulce proviene de un gran rio y por lo tanto aquellas tierras que parecían ser islas, eran todas un mismo continente. El Almirante no lo puede creer porque nunca ha oído decir que tan grande volumen de agua dulce sea llevado ni siquiera por los grandes ríos de la tierra: Nilo, Éufrates, Ganges. De todas formas hacia delante no puede ir a causa de los bajos fondos. Entonces decide volver atrás.
Domingo 12 de agosto: después de haber bojeado las  riveras meridionales de la península de Paria, que el persiste en considerar una isla, el Almirante lanza un ancla en el extremo nororiental de Venezuela.
Lunes 13 de agosto: las naves comienzan a bojear  de este a oeste las costas septentrionales de Paria. Cristóbal Colón espera llegar al límite occidental de la tierra de Paria que consideraba aun una isla. Comenta Las Casas:
 “La razón que lo impulsaba era que no veía tierras tan grandes de las cuales pudiesen proceder ríos tan grandes, a menos, dice el Almirante, esta sea tierra firme”.
 Por lo tanto el 13 de agosto, la idea de que se trate de tierra firme comienza a abrirse paso en la mente de Cristóbal Colón.
Martes 14 de agosto: dice Las Casas “el Almirante ha comprobado que la costa sigue extendiéndose a poniente bastante más allá respecto a la meridional. Por lo tanto el golfo al sur de Paria  no tiene una salida al septentrión. Reconoció entonces que una tierra tan grande no era una isla, sino tierra firme”
Finalmente la experiencia prevalece sobre la falsa ciencia. Errónea es la teoría de los otros grandes ríos, que Cristóbal Colón no conoce  y por ello ignora el enorme caudal que llevan hacia la desembocadura.
El cálculo de Cristóbal Colón es exacto. El golfo penetra en el interior, al sur de la península de Paria, más de 100 kilómetros. Cuando decide abandonar el 15 de agosto la costa septentrional de Venezuela y poner proa al norte ha dejado tras de sí doscientos kilómetros de costa venezolana y no pudo ver otros cien al oeste. Ya no hay dudas, Paria es tierra firme.
¿Pero que gran rio asiático puede desembarcar en el mar, en las cercanías del ecuador, procedente del sur? Ninguno. Entonces aquella tierra no puede ser el Asia.
¿Es entonces un cuarto continente? Cristóbal Colón no osa decirlo. No se atreve a ir en contra de la cosmografía medieval, enfrentar la doctrina geográfica de su tiempo.
Entre la noche del 15 y la mañana del 15, en la cabina de la nave  que se desliza veloz sobre un mar tranquilo, dicta la primera información acerca del gran descubrimiento:
“Yo creo que esta es una enorme tierra firme de la cual hasta hoy no se sabía nada. La razón que me induce  más a creerlo es la existencia de este rio tan grande y de este mar, que es de agua dulce.”
El 17 de agosto por la noche Cristóbal Colón, medita y su imaginación le sugiere una hipótesis ¿no podría tratarse de una enorme tierra al sur del ecuador? ¿no pudiera ser el Paraíso terrenal, que las doctrinas medievales  ubican al este , en el hemisferio meridional?
Este es el texto de Las Casas
“Dice que aquella tierra donde viene sea gran tierra firme, o adonde está el Paraíso terrenal, porque todos dicen, dice el, que está en fin de Oriente  y es este, dice él.”
La frase “dice el” repetida dos veces por  de Las Casas,  para dejar toda la responsabilidad de la hipótesis a su autor, Cristóbal Colón
Cuando Cristóbal Colón  repite este razonamiento en la citada carta de 1503 a los Reyes Católicos, Cristóbal Colón escribirá:
“Vuestras Altezas tienen acá otro mundo”

¿Qué es otro mundo, sino un cuarto continente?



jueves, 14 de agosto de 2014

El tercer viaje de Cristóbal Colón, agosto 1498.




El tercer viaje de Cristóbal Colón, agosto 1498.

En agosto de 1498 es el momento del gran encuentro. Cristóbal Colón descubre una vasta tierra firme situada al sur, frente al África pero no es África, ni Asia, ni, obviamente, Europa.
Es una tierra agradable, hermosa, fértil, lujuriosa, poblada. Es riquísima en agua y es precisamente y sobre todo la abundancia de agua, una increíble abundancia, con un gran rio proveniente del sur, sin posibilidad de dudas, que se trata de un verdadero continente, un cuarto continente ignorado por completo y que a su vez, ignoraba la existencia de los otros tres.
En agosto de 1498 se produce pues, la mayor revolución de la geografía.
De muy diferente manera a como se mostró en San Salvador, el Almirante se desenvuelve en los mares de Venezuela tímido .Parece reaccionar de modo negativo ante la fabulosa novedad; parece querer rechazar el descubrimiento que está ahí, claro, preciso, evidente; sus observaciones, sus informaciones, se atropellan confusas y a menudo contradictorias.
La confusión, la incertidumbre se justifican por dos motivos convergentes. El primero se refiere a la personalidad de Colón; el segundo, a sus condiciones físicas en aquel momento.
En geografía, sobre todo en la ciencia de la navegación, Colón, a pesar de ser autodidacta, es un excelente, experto, fue un formidable precursor de los tiempos modernos. Pero cuando va a pasar de la geografía particular  a la geografía general, se encuentra gravado por los prejuicios del Medioevo.
Por el otro lado, las condiciones físicas en que se hallaba en 1498, eran malas. Desde la partida de Sevilla, se encontraba mal; comenzaba a afectarlo la gota que tantos sufrimientos le dio en su cuarto viaje. Responsable de la ruta, de costumbre confiando solo en sí mismo, se arruino la vista que por naturaleza era perfecta: mirando siempre al horizonte delante de la proa. Los ojos de Colón estaban hinchados, lagrimeaban y sangraban. Una vez en tierra el Almirante no pudo ver todo aquello, no pudo recibir las impresiones que lo habrían ayudado a comprender mejor la naturaleza del lugar.
El mismo Diario de a bordo “Giornale di bordo”, no fue escrito por él; con probabilidades fue dictado o quizás transcrito con la ayuda de lo que él decía y mucho de lo que decía se lo referían otros.

El escenario de este gran descubrimiento de agosto de 1498 es el golfo de Paria. 

Actualmente se dice que aun con mapas y la tecnología de hoy día y la cantidad de expertos,  que Colón y sus marineros pasaron por enormes dificultades ante el dilema de si habían llegado en verdad o no a tierra firme.







domingo, 6 de julio de 2014

El regreso a España de Cristóbal Colón, después de su segundo viaje y preparación del tercero




El regreso a España de  Cristóbal Colón, después de su segundo viaje y preparación del tercero

El 10 de Marzo de 1496, el Almirante Cristóbal Colón parte hacia España a defenderse de las acusaciones del padre Boil, de Margarite y de tantos otros que, desilusionados o enfermos, habían abandonado las Indias para regresar a España.
Al regresar Colón  deja a Bartolomé el encargo de levantar la nueva colonia. Bautiza la nueva colonia con el nombre de Santo Domingo, en recuerdo de su padre Doménico.
Un principio constante de  Cristóbal Colón. Había sido imponer en todas partes nombres referidos a la cristiandad o bien a la nación española.
Bartolomé no mantiene tales escrúpulos y quiere recordar a su padre al bautizar con su nombre la nueva capital. Pero Cristóbal Colón se obstinara en llamarla muchas veces Isabela Nueva.
Mientras la vieja Isabela iba despoblándose hasta desaparecer, la nueva floreció y próspero con rapidez; era una autentica capital. Felipe II la define “escala, puerto, y clave de todas las Indias”.

La travesía de regreso del segundo viaje resulto excepcionalmente larga. Termino el 11 de junio en la bahía de Cádiz. Lo acompañaron 225 cristianos y pocos sobrevivientes de los 30 aborígenes embarcados a la partida de La Isabela.
Es difícil darse cuenta de qué modo dos pequeñas naves había podido llevar tal número de personas. No es difícil, por el contrario, deducir cuán grande era el deseo de abandonar Las Antillas y regresaban con el purgatorio o el infierno mismo, reflejado en la mirada, en el propio cuerpo depauperado.
En la corte conspiraban contra él. A ello se unía ahora Aguado con un expediente de denuncias y testimonios.
Surgió una hipótesis de que los enemigos de Colon fuesen más numerosos entre los catalanes que entre los castellanos. Se ha hablado incluso del “conventillo de los catalanes” en la corte. No solo por un hecho personal, sino también porque la empresa del gran descubrimiento se presenta como obra exclusiva de los castellanos “Por Castilla y por León nuevo mundo hallo Colon”.
Eran catalanes Margarite y el padre Boil, el acérrimo Aguado era castellano de Sevilla y sevillanos eran también el orfebre Zedo que había difundido el rumor de que las pepitas y las cadenas procedentes de la Española eran de baja aleación. Fue fácil probar que se trataba de una vulgar mentira
El genovés ha perdido ya el apoyo de la opinión pública. Así y todo, los soberanos le muestran aun estima y reconocimiento.
Colon al encuentro con los soberanos en Burgos, pide naves y medios para un tercer viaje. Persigue su idea fija y  la meta definitiva, La India. Es ahí donde el necesita llegar.

En el otoño de 1496 hasta mayo de 1498, se oye hablar del tercer viaje, y Cristóbal Colón afronta muchas dificultades per con su carácter obstinado; el 30 de mayo de 1498 parte hacia el tercer viaje



lunes, 16 de junio de 2014

Complejo de Guacanagarix




En 1494, Cristóbal Colón, hace algunas observaciones de los aborígenes para mostrar a los reyes
“Siempre se han mostrado simples y sin malicia”
Cristóbal Colón decía que un indígena podía destruir todo con un tizón, prendiendo fuego a las casas porque de día y de noche van y vienen y por eso tenemos guardias en el campo alrededor, mientras la ciudad está abierta y sin defensa.                                                                                                  
Y también escribió sobre Canoabo

“muy malo y muy atrevido”  


Los reyes a todo esto respondieron
 “que lo hizo bien”  
             
Los aborígenes ya había dado más de una muestra concreta de su capacidad de reacción, de conciencia de poder resistir y ripostar las injurias de los colonizadores.
Ante todo esto hay un detalle que no se puede dejar de resaltar y fue el Complejo de extranjero  de Cristóbal Colón, cualquier actitud  de el en defensa de los aborígenes y de severidad hacia los españoles habría sido interpretado en términos nacionalistas, como gesto que no garantizaba los intereses y los derechos de los súbditos de la patria de adopción y como tal habría sido criticado por los reyes.
Cristóbal Colón, le endoso las culpas a los aborígenes y adopto aquella política dura y no queriendo oír las sugerencias de nadie. 

El resultado fue la captura de 1500 aborígenes, hombres, mujeres y jovencitos en un campo de concentración y destinados a convertirse en esclavos.
Cuando Colón entro en contacto con los Tainos no pensó en la esclavitud, ya que eran dóciles, dispuestos, súbditos fieles, pero con  los indios caribes, feroces y despiadados, como el los describió, le pareció una opción legítima y oportuna.
Los reyes por su parte le respondieron a Cristóbal Colón y manifestaron un rechazo expreso a la proposición de tráfico de esclavos y contestaron:
“Este proyecto déjelo a un lado”

Sin embargo Cristóbal Colón debía mandar algo a España, ya había enviado muchos papagayos de colores y oro no podía mandar todavía ya que cada español se había procurado su propio caudal personal, que guardaban secretamente debajo de las vestiduras o bajo la tierra.
A Cristóbal Colón solo le quedaba una opción: enviar un cargamento de esclavos. Después de haber dicho y proclamado que los tainos eran dóciles, generosos, inermes, deseosos a convertirse en buenos súbditos y cristianos, decide enviarlos al mercado de esclavos de Sevilla.
De los 1500 capturados y concentrados en La Isabela, los mejores 500 entre machos y hembras fueron cargados a las bodegas de las carabelas.
Las 4 carabelas partieron al mando de  Antonio de Torres  el 24 de febrero de 1495 y a bordo se hallaban Michele da Cuneo y Diego Colón.
En la travesía mueren 200 aborígenes y los lanzaron al mar y cuando llegaron a Cádiz descargaron los restantes que estaban enfermos.

Mientras en la La Isabela : 

A diferencia de Guacanagari, Canoabo era fuerte y valiente, batallador y a pesar de su ímpetu guerrero había recibido a los misioneros franciscanos pero después el mismo conmino a los misioneros a salir de sus tierras y propuso a los demás caciques a unirse a  él .Tres lo hicieron: pero Guacanagari rehusó.

De aquí viene lo del Complejo de Guacanagarix



miércoles, 11 de junio de 2014

Las desgracias de la Isabela: Guerra y Esclavitud



Las desgracias de la Isabela: Guerra y Esclavitud

Otra desilusión espera a Colón en la Isabela .Para los primeros en llegar eran once meses de vida en las nuevas tierras.
Ninguno poseía aun una idea precisa de estas tierras, era un Nuevo Mundo, nuevo por el ambiente natural, el clima, la naturaleza del mar y de la tierra, la flora y la fauna y nuevo por las gentes con las que había que convivir.
En el Caribe, el calor tiene niveles variables, pero no desciende nunca por debajo de los 20 grados.
En cuanto a la fertilidad de la tierra y posibilidades y posibilidades de exploración agrícola, el balance resulta puramente positivo.
Pero en el aspecto de la salud y las condiciones físicas de los colonos el balance es más negativo y desastroso.
Después que Colón regresa de la exploración que hizo de 5 meses a Cuba y Jamaica, la vuelve a encontrar reducida a un hospital y las tumbas aumentando de manera notable en el primer cementerio cristiano de las nuevas tierras.
La naturaleza ofrecía de forma espontánea, frutas sabrosas y nutritivas, pero los españoles no se hallaban acostumbrados a ellas. El estómago es el órgano más rutinario del cuerpo humano, el que más resiente cuando se violan las reglas.
El resultado fue hambre. Ocurrió que con 5 huevos  de gallina se alimentaban cinco convalecientes y con tres puñados de garbanzos cocidos comían 18 enfermos. Asimismo  a la depauperación y el hambre se agregaron las enfermedades propias de los climas tropicales. En medio de la gente fatigada y desnutrida, muchas formas de contagio podían con facilidad encontrar víctimas.
Fue en este periodo que aparece entre los blancos de La Isabela “la pústula” La sífilis .El treponema, según algunos científicos existía en forma endémica, tanto en Europa como en América , antes del descubrimiento y se difundió en La Isabela como resultado del estupro perpetrados por los españoles con los aborígenes.
En resumen la llegada al paraíso terrenal se convirtió en un purgatorio.
Al retorno de Colón, los crímenes de los colonos de La Navidad se repetían en los entornos de La Isabela en escala mucho mayor.En grupos de dos o tres, los españoles andaban por la Vega y las lomas cercanas; violaban a las mujeres; se llevaban algunas con ellos y obligaban a trabajar a los hombres como esclavos.
Cristóbal Colón recibió en La Isabela a su hermano Bartolomé, que cuando supo del descubrimiento se dirigió a España y Los Reyes Católicos lo recibieron con benignidad y le concedieron el título de Don y el mando de tres carabelas, cargadas con víveres para ir a La Española.
Cristóbal Colón tenía un desmesurado sentido de la familia y les confía en todos los momentos de su vida, los cargos más delicados y lo nombro “Adelantado”
Pero en La Isabela, esto resulto un abuso. El descubridor extranjero podía ser aceptado por los los españoles, pero otro genovés, no.
El descontento, que cundía entre los colonos, creció y la situación fue empeorando.
Cuando los problemas son múltiples y se acumulan y se vuelven irresolubles, se tratan de resolver mediante la guerra. En marzo de 1495, comenzó una verdadera guerra entre aborígenes y españoles.






domingo, 8 de junio de 2014

La mina de oro




La mina de oro

La Isabela fue fundada el 2 de enero de 1494 y el 6 de enero, la fiesta de Epifanía brindo la ocasión para celebrar la primera misa solemne en el Nuevo Mundo. El oficiante un padre catalán, benedictino. El 24 de abril de 1494, como resalta en documentos, ya estaban en La Isabela los regidores, los escribanos públicos, el alcalde mayor, los alcaldes ordinarios, los alguaciles, los proveedores de agua. 

Fue el primer cabildo, el primer municipio de América, primera ciudad edificada por Colón, ¡Cuantas primicias para la Isabela! Y una última primicia: en seis años, nace, vive y muere. Y no renace. Pronto se difunde la leyenda del mal de ojo, tan inmediata y rápidamente que Las Casas, pocos años después, tiene la oportunidad de escucharla: Los primitivos colonos de La Isabela, que habían muerto allí, vivían todavía, erraban entre las casas en ruinas, saludaban con ceremonia a los que se aventuraban por las calles abandonadas y desaparecían pulverizados apenas alguno intentaba abrazarlos o darles la mano, en fin tocarlos de alguna manera.

La Isabela no renació y no renace porque no tenía ni tiene un puerto.
¿Cómo fue posible que Colón no haya sabido escoger un buen puerto? El genovés no había nacido para fundar ciudades aunque, como excepcional marino, era un óptimo conocedor de puertos.

Apenas terminaba la misa  el Almirante ordena a Alonso de Ojeda partir hacia el interior para buscar las minas de oro. Descendieron hacia la Vega Real donde corre un río
“un gran río más largo y ancho que el de Sevilla”
Colón lo nombro Río de Oro por la abundancia de polvo de oro recogido en sus aguas.
¡Por lo tanto había oro! ¡Había minas de oro!
El Almirante en su expedición hacia el interior recogió diez kilogramos de oro. El había visto como se comerciaba con el oro en Guinea o en Génova pero aquí el oro se encontraba en su estado natural.

Todavía en el presente hay oro. La mina actual está en una zona no distante de la del Cibao. República Dominicana declaro en 1983 una producción de oro de 11240 kilogramos; es una cantidad considerable.





Visita este sitio Museo La Isabela

lunes, 2 de junio de 2014

La tragedia del Fuerte Navidad.




La tragedia del Fuerte Navidad.


El 28 de noviembre Colón llega a La Navidad y tiene la visión de la tragedia acaecida. Los 39 colonos están muertos; las casas y la fortaleza quemadas.
No parece haber duda de que la culpa de los primeros desordenes en La Navidad no haya sido de los aborígenes. Es necesario imaginar con la ayuda de la fantasía el escenario: 39hombres, no delincuentes, pero tampoco eran frailes piadosos, de temperamento fuerte, hechos a las tormentas del mar, acostumbrados a vivir alejados de las familias, habituados a desahogar sus instintos sexuales en las mujeres halladas en los puertos donde desembarcaban. Aquí había cuantas mujeres querían, disponibles pero no en el respeto reciproco, el amor libre. Posible  no es, pero lo fue.
Por otro lado el oro, custodiado con celo el secreto para encontrarlo y cuando era hallado por más de uno, los pleitos inevitables para su repartición.
El clima, transcurrían los meses y las estaciones y el calor era el mismo. En esos once meses nunca hubo un día frio invernal  y tampoco un día de calor seco de verano. El clima exacerbo los defectos y los deprimió.
Guacanagarí, precisamente se consideraba y era sincero amigo del Almirante y sus hombres, no pudo dejar de escandalizarse por el comportamiento de los españoles que, con el transcurso de los meses, se había vuelto cada vez más arrogante y malo.

Las intenciones de Colon y los reyes: Dios, Cristo y la Virgen
La respuesta fue: blasfemia, sarcasmo y risotadas.
Canoabo fue uno de los dos caciques caribes que ya no tenían costumbres caníbales, pero descendió de la montaña y puso término  a tanta ignominia; dio muerte a los blancos sobrevivientes; prendió fuego al poblado y al fuerte. Canoabo represento el vengador, la justa venganza, el lógico castigo del severo Dios del Antiguo Testamento.

Guacanagarí y Canoabo, uno era Taino el otro Caribe, las relaciones entre ellos  no era amistosa. Guacanagarí  vio el desarrollo de los trágicos acontecimientos; no logro evitarlos.
La hipótesis probable es que Guacanagarí se haya mantenido neutral durante los acontecimientos de La Navidad y que sus declaraciones y la de los suyos a Colón contengan elementos de falsedad y de mentira por el miedo a ser castigados.
Colón ante la narración de lo ocurrido en La Navidad no se conmovió, sino que permaneció impávido, frio, al menos exteriormente. Cualquiera sea el efecto profundo de esta tragedia en su ánimo, Colón, por el momento, lo esconde con su reserva habitual, la cual es una de sus características más relevantes.
Es fácil imaginar las impresiones de los 1200 hombres que, con  entusiasmo, habían decidido participar en la aventura.
Aquí la estrella de Cristóbal Colón comienza a declinar. Se encuentra en una tierra hostil, con 1200 hombres que dirigir en medio de florestas insalubres. No queda entonces sino volver a partir. Volver atrás.
Finalmente Cristóbal Colón desciende a tierra para fundar allí la nueva ciudad, la colonia prometida, con una apresurada y obligada decisión, fundo la nueva  colonia. No la llamo Nueva Navidad: también el nombre debía desaparecer de la memoria. Le dio el nombre de la Reina, de quien lo había sostenido, ayudado, protegido: La Isabela.



domingo, 1 de junio de 2014

El segundo viaje de Cristóbal Colón



El segundo viaje de Cristóbal Colón

Siete años necesito Colón para convencer y organizar el primer viaje y menos de siete meses para organizar el segundo viaje.
El puerto escogido el de Cádiz, porque Palos no era adecuado. Diecisiete bastimentos: tres naves, doce carabelas, una nueva nave para el Almirante denominada María Galante. La cifra, incluida la tripulación, entre 1200 y 1400: hombres de mar y de tierra, sacerdotes y frailes.
La flota  zarpa el 25 de septiembre de 1493 empleo 6 días y seis noches para llegar a la Gran Canaria. El 5 de octubre la flota llega a San Sebastián de la Gomera. Aquí el Almirante fue recibido con disparos de bombardas, luminarias y fuegos artificiales. Beatriz de Bobadilla no había olvidado el idilio pero las crónicas no cuentan si en la breve estancia se reanudaron los antiguos vínculos.
Se ordenó embarcar: semillas de naranja, limones, cedros, melones, todo tipo de hortalizas,
cabras, ovejas y cerdas. 
En el primer viaje Colón
no solo descubrió América, sino también la ruta entre Europa y América. 



La ruta del segundo viaje, fue más perfeccionada y permaneció vigente durante los cuatro siglos siguientes.



En el paralelo 16° encontraron tierra, escribe Michele da Cuneo:

“vimos tierra, es decir cinco islas desconocidas”

Dominica, la primera isla avistada, María Galante, La Deseada, las pequeñas islas de Los Santos  y la isla más bella  Santa María de Guadalupe, se lo había prometido  a los frailes del santuario al cual había ido en peregrinación.

En la Isla María Galante Colón pudo desembarcar, tomo posesión, coloco el estandarte real; hizo levantar una cruz y se celebró la misa: la primera en América, después de las de Groenlandia, en tiempos de la colonización vikinga.



Unas islas  que ofrecen un espectáculo de contraposición: desde una floresta virgen hasta el otro lado, totalmente contrario, el del desierto.



Don Fernando escribe que los españoles encontraron allí mucha madera de aloe, lentisco, sándalo, jengibre, incienso y algunos árboles que por el olor y el sabor parecían la canela y mucho algodón. Vieron también azores, garzas reales, cornejas, palomas, perdices, ocas y ruiseñores además muchos papagayos de múltiples colores, verdes, blancos y rojos, del tamaño de los gallos comunes, así como calabazas y ciertas frutas que parecían piñas verdes, pero bastante más grande y llenas de pulpa maciza, como el melón. Era el ananás: otro descubrimiento que Guadalupe brida a los españoles.

Otra novedad ofrece Guadalupe a los españoles, la más importante: el encuentro de los caribes comedores de carne humana, los caníbales. Estas referencias se toman con cautela, porque los relatos no se atienen a referir solo hechos reales. Parece que se dejaron llevar por exageraciones y detalles, por lo cual es difícil evitar la sospecha de que la fantasía haya imperado todo el tiempo. No obstante parece difícil negar que los Caribes comieran carne humana, la comían para alimentarse.
Luego vino Santa María de Montserrat, Redonda, Antigua, Nevis, St. Cristopher, St. Eustatius, Saba, St. Barthelemy, St.Martin, Anguila, DogIsland, Sait Croix y finalmente las maravillosas Islas Vírgenes, Puerto Rico.
Serán cuatro las grandes columnas del primer imperio español en América: La Española o Haití, Cuba, Jamaica y Puerto Rico.

Para Cristóbal Colón, semejante cadena de islas no podía ser la avanzada de un continente y en  este segundo viaje  consolida la idea de haber llegado a Asia.

lunes, 26 de mayo de 2014

La burla y el triunfo. La llegada de Cristóbal Colón a España , después del primer viaje.



La burla y el triunfo

El 8 de marzo de 1493, Colon es recibido por el rey Juan II de Portugal, el mismo que, ocho años antes, había rechazado el proyecto de ir a las Indias.
El éxito de Cristóbal Colón es indiscutible e inatacable. La Reina Madre quiere verlo y Colon la visita para mostrarle los aborígenes a ella y al hermano del Rey el duque Manuel. Es posible que estos disfrutasen, por envidia y malignidad, del fatal error del Rey.
Se dice que Juan II, golpeándose el pecho exclamaba a gritos “¡Oh, hombre de mal conocimiento! ¿Por qué no realizaste una empresa tan importante?” Se siente humillado, consternado.
La burla de la historia no lo humilla solo a él; afecta a Portugal.
Al amanecer del viernes 15 de marzo de 1493, La Niña, al mediodía, entra en el Puerto de Palos. Cuando los habitantes del lugar vieron llegar a la carabela que había partido siete meses antes para un viaje considerado sin retorno, se precipitaron hacia el muelle para ver a los marineros, abrazar a los parientes y saber noticias de la portentosa empresa. Se suspendió el trabajo; se cerraron las tiendas; las campanas tocaron a rebato.
Todos acompañaron al Almirante  y a los marineros a la iglesia mayor, donde fue cantado el Te Deum. Y llega la noticia de que la otra carabela está a punto de llegar al puerto: es la Pinta de Martin Alonso Pinzón, que al mediodía de aquel mismo día 15 de marzo llegaba procedente de Bayona(Galicia) donde había terminado la travesía atlántica.
Hay dos hechos muy particulares después de la llegada:
1.       Apenas llego a Bayona, Pinzón le había enviado un mensaje a los Reyes Católicos.
2.       Pocos días después de la llegada a Palos, Pinzón muere de una enfermedad en forma misteriosa.
Los historiadores dan rienda suelta a la imaginación en contradictorias interpretaciones. Pinzón se hallaba ya gravemente enfermo y murió sin poder participar en el triunfo de Barcelona, quizás ni siquiera en la fiesta de Palos. Fue un final tristísimo, inmerecido, porque el contribuyo de manera determinante en la organización del viaje y había dado pruebas indiscutibles de ser un valiente y experto marino.
Por el lado de Cristóbal Colón, los títulos le fueron reconocidos de inmediato; no se esperó ni siquiera que les mostrase las pruebas del descubrimiento: los aborígenes, los papagayos, las máscaras de oro.
Los aborígenes se habían reducido a seis, porque uno había muerto en el viaje y tres se habían enfermado. Aunque eran solo seis, de todos modos eran impresionantes, pintados según su costumbre, adornados con aderezos de oro.




Colón, con una rodilla en tierra, solicita el favor de besar la mano de los soberanos. El Rey y la Reinase levantan; le tienden las manos y lo invitan a sentarse y a narrar la historia del viaje del descubrimiento.



Cuando termina la ceremonia, El Rey hace acompañar al Almirante a un lujoso alojamiento y no deja, durante todo el tiempo que este permanece en la Corte, de colmarlo de cortesías y manifestarle muestras de benevolencia.
De este modo el extranjero de humildes orígenes se convierte de golpe en uno de los más grandes personajes de España. Y la noticia se difunde por Europa.


domingo, 25 de mayo de 2014

Buscando la ruta de retorno (Cristóbal Colón ,primer viaje)



Buscando la ruta de retorno (Cristóbal Colón ,primer viaje)

Cristóbal Colón salió alrededor del 23 de enero y escribió en el diario:
“esta noche hubo muchos cambios de vientos”.
 El 25 de enero se encuentran en el meridiano 60°; el 1° de febrero se encuentran en el 55°; el 3 de febrero, en el 50°.Colon hace la observación:

 “la Estrella Polar se hallaba tan alta como en el Cabo San Vicente en Portugal”

Observación bastante cercana a la verdad y excepcional para haber sido hecha a simple vista, sin instrumento alguno. Colón se encontraba en el paralelo 35°, mientras que el Cabo  San Vicente está en el 37°.
Cristóbal Colón sabe perfectamente que las islas más occidentales de las Azores están en el mismo  paralelo del Cabo San Vicente y las otras se hallan un poco más a l norte y pone proa a levante.
Pareciera que Colon prefirió no  llegar a las Azores ya que allí están los portugueses.
Hasta este momento según el diario hubo mucha calma y queda reflejado en el diario de esta manera:

El 22 de enero
 "los indígenas se lanzaron al mar para nadar"

El 23 de enero

"el mar sigue  tranquilo como un rio, gracias infinitas a Dios"

El 29 de enero  

“el aire es muy suave, como abril en Castilla; el mar muy apacible, gracias a Dios y la temperatura bastante agradable”

El 3 de febrero:

“mar muy tranquila”

Pero para entre los días 12 y 13

“relampagueo tres veces hacia el nordeste”

Es señal de que aquella zona, o de la contraria, debía venir una tempestad grande. Y es en este punto donde los cálculos y los razonamientos ya no cuentan, ya no significan nada, ya no valen.
Entran en juego fuerzas incontrolables, inaplacables: las fuerzas de la naturaleza. Y llega la tempestad, una de las peores tempestades que se puedan encontrar en el Atlántico. El almirante debía haber visto y sufrido algunas parecidas, en el Mediterráneo y el Atlántico en la larga experiencia marinera, mucho antes al viaje del descubrimiento y aquí actuó con pericia y sangre fría. El navegante ordeno navegar a la capa; la vela de papafigo según el viento y el timón al contrario, esto significa poner la nave casi de través contra el viento y así por acción del viento sobre las velas y el casco la nave derive lateralmente con una velocidad nula y se crea una estela contra la cual estrellan las olas antes de alcanzar la nave.
Otro tanto hizo Martin Alonzo Pinzón, pero la terrible tempestad separo las dos naves.
Colon y los marineros se encomendaron a las fuerzas celestiales.
Colon ante la furia de la tempestad escribe en un pergamino y documenta el descubrimiento, allí habla de las tierra que prometió descubrir de la bondad de los países y la calidad de sus habitantes y como se habían convertidos en vasallos de la Corona.
Un pergamino fue puesto en un barril bien cerrado y lanzado al mar. Los marineros no se asustaron, porque creyeron que era una promesa de las tantas que hacían a la Virgen María. Otro barril con otro pergamino fue amarrado en lo alto de la popa, porque si se hundía la nave permanecería al menos bajos las olas del mar, a esperar que alguien lo encontrara, este barril se salvó junto con La Niña, el otro jamás fue encontrado.