Los atomistas: Leucipo y Demócrito
El fundador de la escuela atomista fue Leucipo (460-370 a.
De C.), pero su obra esta mezclada con la de su discípulo y continuador
Demócrito (460-370 a. De C.) hasta un punto en que es difícil deducir cual es
la aportación personal de cada uno. Normalmente se estudian sus ideas como si
fueran expresión de un solo pensador.
La concepción del mundo de los atomistas es profundamente
materialista: no admiten ningún principio espiritual, todo es materia, incluso
el alma humana.
Para ellos los átomos son impenetrables, pesados, eternos,
indestructibles, ocupan un lugar en el seno de una especie de no ser o nada
relativa que es el vacío.
Los aspectos cualitativos de las otras realidades no
atómicas, tales como el sabor, el color, el calor, etc. Constituyen algo que,
según los atomistas, pertenece no tanto al objeto físico, cuanto al sujeto que
lo percibe. Esta opinión de que la apariencia de las cosas se ve afectada
por la subjetividad humana se conoce en filosofía con el nombre de
subjetivismo.
Según ellos los átomos se mueven porque son pesados y están
en el vacío; es decir su movimiento es una caída y en esta caída a distintas
velocidades se produce la unión de unos con otros, formándose así la totalidad
de lo existente.