La escuela Jonio -Milesia
Tales de Mileto (624-548 a.de C.)
La historia considera a Tales como uno de los siete
sabios clásicos de Grecia. Se ganó la vida como comerciante,
vendiendo aceitunas. Una anécdota de su vida narra que cuando iba por
la calle mirando los astros se cayó en un pozo, lo que provoco
la burla de los conciudadanos. Fue pues, ya ridiculizado por sus
preocupaciones filosóficas, alejadas del sentido común de la
vida cotidiana.
Sin embargo Tales dirigió en Mileto una
escuela náutica, construyo
un canal, elaboro constitución para la ciudad de Teos,
predijo un eclipse de sol que le dio fama.
Tales creyó que el primer principio era el agua,
al observar que todos los seres vivos precisas
del elemento húmedo para seguir viviendo.
El principal mérito de Tales fue el de acuñar el concepto de
"principio originario del que proviene todo ser"
Tales tenía una visión antropomórfica del
mundo, utilizo su conocimiento del hombre como punto de referencia para su
conocimiento de lo real. Así que creyó que todo lo que
se mueve tiene un alma, lo que indujo a creer que el hierro tenia alma,
puesto que era atraído por el imán. Esta doctrina se conoce
con el nombre de hilozoísmo, y es aquella concepción que cree que
toda la materia natural es en cierto sentido, materia viva.
Anaximandro (611-546 a.de C.)
También era habitante de Mileto, Suyo es el primer
escrito filosófico de Occidente, ya que de Tales no se conserva
nada escrito.
Construyo un mapa de las tierras conocidas en su época,
un globo celeste y un reloj solar.
Imagino que todas las cosas provenían de una
sustancia eterna, completamente indeterminada, es decir, que no tenía
ninguna cualidad definida y que por tal razón, podría llegar a
adquirir cualquier determinación.
A esta sustancia indeterminada le llamo el apeirón, el fondo
infinito e inagotable del que todo se nutre. Todo se engendra a partir
del apeirón y, cuando mueren, vuelven
al apeirón. Creyó también que como compensación,
existe una
justicia cósmica que restablecerá tarde o temprano
el equilibrio, con lo que desaparecerá la injusticia.
Intuyo adelantándose a su época, una de las
ideas básicas de la filosofía del siglo XIX:
la de que la especie humana procede por evolución de
otras especies inferiores.
Anaxímenes (588-534 a. de C.)
Era discípulo de Anaximandro
y también era ciudadano de Mileto. Para Anaxímenes, el principio
de todas las cosas naturales era el aire. Para el, el aire era el fluido
vivificador, lo que da origen a la vida, lo que hace que tenga su alma (alma
viene del latín anima, que, a su vez, proviene del griego
anemos, aire)
La escuela de Éfeso
Heráclito (536-470 a. de C.)
Nació en Éfeso (Jonia). Se saben muy pocas cosas de su vida.
Parece ser que era de familia acomodada, incluso aristocrática.
De carácter retraído, se retiró a vivir solo en las
montañas, donde se dedicó a la meditación, alimentándose de
hierbas.
Se le atribuyo un libro sobre la naturaleza, escrito en un
estilo premeditadamente enrevesado, de oráculo o adivino. La
dificultad de la comprensión de esta
obra le valió el sobrenombre de "el oscuro"
Expreso esta idea metafóricamente: "No podemos
bañarnos dos veces en el mismo rió porque sus
aguas fluyen constantemente y el rió deja de ser el
mismo que era antes"
Todo cambia, pero no de manera anárquica, sino siguiendo un
orden que impone la ley del logos.
Para Heráclito el origen de la realidad es el fuego:
"Este cosmos no fue hecho por dioses o por hombres sino
que siempre fue, es y será, al modo de un fuego eternamente viviente, que se
enciende y se apaga con medida".
De este fuego surgen los cuatro
elementos básicos (aire, agua, fuego y tierra) que combinados constituyen
todas las cosas del cosmos. La combinación de los cuatros elementos
se produce mediante un enfrentamiento, una lucha.
El alabo el concepto de la guerra y no solo en el plano filosófico sino también en
un plano sociológico: en la sociedad, la guerra es buena porque
decide que hombres son los hombres superiores y que hombres deben ser
tratados como esclavos.
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