jueves, 9 de octubre de 2014

John Locke (1632-1704) : La reflexión





John Locke (1632-1704)

La reflexión

Cuando el espíritu se toma a sí mismo como objeto de estudio, cuando la mente percibe sus propias operaciones, entonces aparecen ideas como la de razón, duda, creencia, amor, pensamiento, odio, etc. Es decir, se reflexiona.
Las cosas del mundo exterior, que el espíritu toma como objeto del conocimiento, tienen dos tipos de cualidades: cualidades primarias, que son las cualidades inseparables de los cuerpos, presentes en ellos en cualquier situación en que se encuentren (la solidez, la extensión, la figura y la movilidad) y las cualidades secundarias que son los poderes que tienen las primarias para producir sensaciones(los colores, los olores, los sonidos)
Mientras que las propiedades primarias dependen exclusivamente del objeto, las secundarias dependen del sujeto. Esta es la justificación teórica de todos los escepticismos, subjetivismos y relativismos de la filosofía moderna.

Las ideas que la mente ha forjado a partir de la experiencia pueden ser comunicadas de un espíritu a otro a través de un lenguaje. Este aplica un nombre, una palabra, a una idea, representándola mediante un signo fónico o gráfico. Como no puede haber nombres para todas y cada una de las cosas, puesto que el número de ellas es infinito, el lenguaje está formado por un conjunto de términos de acepción general, que se refiere a una multiplicidad de objetos de características parecidas. Tales conceptos, los llamados flatus vocis(nombres puros) son los que  las filosofías no empiristas denominan concepto, idea, esencia, forma, etc., dando origen a la corriente del nominalismo.



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