viernes, 12 de septiembre de 2014

Francis Bacon (1561-1626): Los Ídolos.






En Novum Organum, Bacon analizo también los prejuicios más frecuentes con que tropieza la imaginación científico-filosófica. A tales prejuicios les llamo ídolos y distinguió los tipos que se describen.

Los ídolos de la tribu: prejuicios inherentes a la especie humana, como son los errores de los sentidos (creer, por ejemplo, que las estrellas son pequeñas porque las vemos pequeñas) o la personalización (interpretar los hechos naturales según esquemas humanos)
Los ídolos de la caverna (alusión al mito platónico): son los prejuicios basados en la individualidad, en las tendencias personales de cada uno, en la absolutización de lo relativo, en considerar que lo habitual es lo verdadero y lo insólito lo falso.
Los ídolos del foro: son los prejuicios que se encuentran en la sociedad, en el lenguaje, y que se transmiten preferentemente a través del sistema educativo.
Los ídolos del teatro: son los prejuicios basados en la autoridad de que algunos hombres gozan en el escenario público (ataque claro a los aristotélicos).

En Bacon se dio una unión entre la especulación y la técnica. Situó el hacer (praxis) y el entender (teoría) en un mismo plano de importancia, que resumió en el célebre lema: saber es poder. Su interés por la aplicación tecnológica del saber fue la culminación de numerosos intentos realizados por los pensadores renacentista para el aprovechamiento de los recursos naturales y su racional dominio por la humanidad. Esta preocupación se manifestó claramente en La Nueva Atlántida, utopía fantástica científica en la que Bacon propuso una humanidad futura rica y feliz a causa de los ilimitados beneficios por la técnica.





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