martes, 16 de septiembre de 2014

Isaac Newton (1642-1727) : El método inductivo como exactitud




Isaac Newton (1642-1727)

El método inductivo como exactitud

Newton no negó nunca la existencia de Dios, al contrario: era religioso. Pero en el universo mecánico newtoniano Dios no está presente, a pesar de ser su creador. Para Newton, este se limitó a imprimirle unas leyes que lo mantienen en funcionamiento, las cuales debe investigar el hombre para conocer el mundo en que habita. Por otra parte, en el plano de la física, elaboro dos leyes que habrían de tener también repercusiones en el ámbito de la filosofía y del pensamiento social:
Toda acción genera una reacción.
Todo cuerpo, cualquiera que sea su estado de movimiento o reposo, tiende a conservarlo, hasta que una fuerza superior lo altera.
El método newtoniano puede deslindarse en tres leyes:
Simplicidad de la naturaleza. Solo hay que admitir como causa de los hechos las estrictamente necesarias para explicar y describir un fenómeno y no otras accesorias.
Los efectos del mismo género o tipo deben ser atribuidos a causas iguales, es decir dos cosas idénticas tienen el mismo origen casual.
Las cualidades, no susceptibles de aumento o disminución y concurrentes en todos los cuerpos accesibles  a la experiencia, deben ser considerados como pertenecientes a todos los cuerpos de la naturaleza.
Resumiendo, Newton reducía todos los fenómenos naturales  a una misma condición; así, las leyes obtenidas en la dimensión “humana” pueden ser aplicadas para conocer lo infinitamente más grande (los astros) y lo infinitamente pequeño (los átomos; aun no descubiertos como tales en aquella época, aunque si intuidos de algún modo). La certeza que proporcionaba el método inductivo fue para Newton absoluta, no probabilística, como Bacon proponía.



                             

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