La
armonía preestablecida
Dios
es el creador de las verdades eternas, pero no un creador arbitrario, puesto
que estas verdades eternas son manifestación de su propia esencia divina. La solución
del problema de la comunicación de las sustancias planteado por Descartes, lo
resuelve Leibniz con la teoría de la armonía preestablecida. Según está, no se
puede afirmar la existencia real de comunicación entre dos sustancias cualquiera.
Desde el comienzo, todas las mónadas están reguladas sincrónicamente, de tal
manera que cada una se comporta como si de verdad se comunicara con las otras,
aunque en realidad la comunicación es imposible. Es decir, por utilizar el
lenguaje puramente filosófico: lo saben pero no lo hacen.
Leibniz
fue un determinista absoluto y en ninguna otra filosofía aparece tan clara la sumisión
del hombre a la voluntad de Dios. Resumiendo: la noción de cada sustancia
individual entraña en si ya desde un principio todo cuanto le ha de acontecer,
esto es, su peripecia histórica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario