El encuentro
A las dos de
la madrugada, entre 11 y el 12 de Octubre, la
luna se hallaba en la mejor
posición para iluminar cuanto se
encontraba delante de las naves.
En aquel
momento fue cuando Juan Rodríguez Bermejo
(Rodrigo de Triana), desde el
castillo de la proa de la Pinta
avisto una duna blanca. Esta vez no cabía duda
¡Tierra!
Era
en verdad tierra.
Eran los
arrecifes de High Cay y de Hinchingbrooke Rock.
El Almirante
manda a esperar el nuevo día.
Desde ese
momento Cristóbal Colón adquiere el titulo
anhelado, se dirige a tierra con la barca en compañía de los
hermanos Pinzón.
Desciende hacia
la arena fina y blanca, la besa, levanta los ojos al cielo, da gracias a Dios y
llora.
En aquel llanto
de emoción y de alegría que une a Cristóbal
Colón y a los capitanes españoles, ante una muchedumbre
asombrada compuesta por hombres y mujeres desnudos, en
aquel llanto, se resume
el significado excepcional del más
grande encuentro de la historia
humana
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