martes, 11 de febrero de 2014

La existencia de Dios

La existencia de Dios
Para Santo Tomas la existencia de Dios  en cuanto a si  misma es per se notum secundum (evidente por si misma), aunque no per se notum quad nos (evidente con respecto a nosotros). Por tanto, es inútil intentar demostrar racionalmente su existencia. Esta dada. En todo caso la prueba debe realizarse a partir de las cosas que la experiencia permite observar. Más concretamente y siguiendo el planteamiento tomista, en el intelecto humano no hay nada que antes no haya pasado a través de los sentidos. Así, a Dios se le conoce por sus efectos sobre el hombre y en consecuencia, la demostración debe realizarse a posteriori, o sea, después. A partir de tal criterio, Santo Tomas proporciono las célebres cinco vías como pruebas demostrativas de la existencia divina.
La primera vía: se funda en la observación del movimiento de las cosas y en el principio lógico de que: todo lo que se mueve es movido por algo. Así, el objeto A es movido por el objeto B. Este, a su vez, es movido por el objeto C. El objeto C seria, a su vez, movido por el objeto D, y así sucesivamente. Si, siempre según Santo Tomas, Se rechaza proceder ad infinitum (indefinidamente), lo que repugnaría a la razón y a toda lógica, entonces habrá que admitir que al final de todo hay algo que mueve sin ser movido.
A este algo, Santo Tomas lo llamo Dios.


La segunda vía: se basa en la observación de la realidad y en el llamado principio de causalidad. Es decir, nada puede ser la causa de sí mismo, pues para serlo tendría que haber existido antes, Todo efecto tiene una causa anterior. Y esta causa anterior, a su vez, no es más que el efecto de una causa todavía más anterior. Siguiendo este razonamiento, Santo Tomas rechazo proceder infinitamente hacia atrás, concluyendo que existe una causa incausada, a la que llamo Dios.





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