Rene
Descartes (1596-1650):La existencia de Dios
Ahora bien, Descartes estaba
convencido de la imposibilidad de que un ser finito pudiera producir una idea
tan perfecta como es la Idea de Dios. Pero reconoció que ello era así, de lo
cual puede inferirse que el mismo Dios ha imprimido en el hombre la idea de una sustancia infinita. De este modo, la
existencia de Dios queda demostrada por la simple existencia de su idea en él.
El argumento cartesiano prosigue así: yo tengo la idea
acerca de perfecciones de las cuales carezco. No tengo, por otra parte, el
poder de dotarme a mí mismo de tales perfecciones. Si tuviera ese poder, sin
duda, me habría adjudicado la perfección, puesto que todo bien claramente conocido
mueve indefectiblemente a la voluntad. Si carezco del poder de concederme
ciertas perfecciones, que son atributos o accidentes, aun menos tendré la capacidad
de producirme a mí mismo, que soy una sustancia. Luego, en consecuencia, he
sido producido por otro. Y ese otro es Dios.
La existencia es un atributo más de la esencia de Dios. Hay
una contradicción en concebir a Dios como sumamente perfecto y , al mismo
tiempo, como inexistente
Así a través de un proceso racional-discursivo, que es característico
del racionalismo cartesiano, a partir de la existencia de un Yo y de las ideas
contenidas en el, se llega a la conclusión de la existencia de una sustancia
infinita divina. De esta forma, quedan justificados dos tipos distintos de
sustancias: la res cogitans (sustancia presente) y la res infinita (sustancia
divina).
A partir de este momento queda solo una sustancia: el mundo
material.
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